Esto es una breve reflexión sobre lo plastas que pueden llegar a ser los niños en algunas ocasiones. También quiere ser un foro de debate para hallar soluciones a un problema que seguro tenemos todos y, por último, es una crónica del viaje a Cantabria-Asturias que hemos hecho.
Miguel os ha relatado con gran maestría parte del viaje a los “Picus”. Fue realmente agradable y emocionante, vimos cosas súper interesantes e instructivas (cuevas de Altamira y el Soplao) vimos valles fluviales (en V) y valles glaciales (en U), vimos pueblos costeros y de interior, viejos y nuevos, vimos distintos biotopos cada uno con su particularidad y sobre todo vimos lo dura que fue la vida por esas gentes cuando no existían las comunicaciones actuales: subir a Bulnes eran dos horas de burro por una terrible pendiente, actualmente hay un funicular que simplifica el trámite a 5 minutos cómodamente sentado. Subir o bajar de Sotres a Poncebos era una jornada entera para intentar vender en el mercado cuatro quesos de Cabrales y poder llevar a casa otros alimentos o utensilios vitales para esa gente. La comunicación de Tresviso con la parte civilizada consistía en una serie de zetas interminable que a la gente normal le puede llevar 3 horas, actualmente hay gente que utiliza este camino para entrenarse y lo sube solo en una hora o por lo menos eso dicen (hay gente para todo). A todo esto debemos añadir las terribles condiciones climáticas que soportaban estas gentes.
Como podéis ver todo interesante, pero siempre hay un pero: los niños se aburren, no les impresionan las alturas ni los teleféricos ni los funiculares ni las zetas ni los paisajes ni el entorno ni na de na.
Los papás alucinando con cada cosa y los niños jodiendo: “no quiero subir, no quiero andar, no quiero ir... ¡¡¡Me aburro!!!
Para dulcificar la situación accedemos a visitar un zoológico en Cabárceno. Está muy bien montado, los animales disponen de muchísimo sitio para deambular. Tienen 30 osos pardos y una amplísima colección de rapaces (incluidas dos águilas reales y dos búhos reales). Lo más interesante es la demostración de rapaces que hacen, se pueden ver haciendo vuelos rasantes y demostraciones de cetrería verdaderamente impresionantes. Los papás decimos que nos hemos aburrido mucho para demostrar a los niños que sabemos ceder y hacemos cosas que solo les gusta a ellos pero no cuela, nos han visto babear con los bichos. Cambiamos de estrategia diciendo que lo realmente importante es disfrutar con todo pero parece que estas palabras las decimos en tailandés y no lo entienden.
Y este es quid de la cuestión, no disfrutan con nada, solo quieren ver la TV, el código lyoko, Pichi Pichi Pichi (CLAN TV) o jugar con la DS.
Todo era distinto cuando yo era pequeño o por lo menos así lo recuerdo, obedecíamos sin rechistar las órdenes de nuestros padres y nunca se nos ocurría poner en duda los planes de visitas que determinaban. Quizá si protestábamos un poco pero nunca hasta los límites que sufrimos ahora y siempre encontrábamos un incentivo para divertirnos.
Otro ejemplo. Vamos una tarde a la playa de Liencres (parque natural), los papás podemos disfrutar de los valores naturales del entorno e incluso hacer revista de tropas, pero en ningún caso bañarse ya que no hay buenas condiciones o comodidades. Los niños sí se bañan (nueva cesión a los intereses de los niños) y a la hora de salir empieza en problema: solo hay una ducha para 100.000 personas y la arena es obstinada y no se quiere ir de los pies. Los niños se quejan y los papás se descojonan lo cual es muy mal aceptado por los infantes. Y este es otro problema: son flojos.
Queridos amigos: ¿qué hacemos con esta generación? Quiero a mis niñas con locura pero veo que va a ser difícil que nuestros hijos tengan los mismos gustos y aficiones que nosotros.
Quizá exijo mucho y son muy pequeños pero hay que empezar pronto para conseguir algo positivo.
El viaje salió muy bien, pero hubiese sido perfecto sin ese soniquete de “me aburro”.
Admito sugerencias y consejos
Increíble pero cierto el Yiyi escribiendo en agosto, voy por encima de mis expectativas, es un éxito.
¡VIVA EL LADO OSCURO!
2 comentarios:
Yo le digo al pimpollo que tiene que aprender a aburrirse, que hacerlo bien es todo un arte.
Te olvidas de que las madres, muchas veces, son cómplices de los lebreles a la hora de tocar los cojones. Creo que somos bastante calzonazos y cedemos más de la cuenta. Una acampada durmiendo en el puto suelo, sin DS y con latas de fabes calentadas en un infiernillo, eso es lo que les hace falta a los puñeteros críos.
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