YO NO RONCO

Son habladurías. He de reconocer que hace unos añitos, y debido a un desajuste entre mis dimensiones de altura y anchura, quizá podría admitir que respiraba un poco profundamente por las noches, pero nada grave. Y si no que se lo pregunten a mi santa. Ella desmentirá el bulo que me sitúa entre los más aguerridos ronkers de la noche madrileña. Ella desmentirá cualquier cosa que menoscabe mi imagen. Sólo hay un desmentido que no se ha producido, y es el relacionado con ciertas medias estratosféricas envidiadas por todos, pero si no hay desmentido será porque eso de fuckerman no es apodo si no definición enciclopédica.
Lo siento Pepe porque te tocó sufrir al Gonso, que además de ser un ronker de campeonato, el tío no lo niega. Yo de hecho no me fiaría, ya que un auténtico atronador de la noche se va a la tumba antes de reconocer que es tocador de serrucho.
Pues ya debería el Gonso aprender de mí e ir al médico a que le libren de ese molesto ronroneo. Oye, le costó un pastón a la seguridad social que me pusieran aquella máquina sacada de la Nostromo, pero ha sido mano de santo. Ya nadie podrá decir que soy un garganta profunda.

(Sonido a tope. Climax hacia el segundo 40)