Poco se puede escribir que no se haya escrito estos días acerca de este veterano futbolista y entrenador, nuestro queridísimo Luis. Allá por la década de los 70, le recuerdo en boca de mi padre cuando yo apenas tenía 10 años. Maravillaba su forma de lanzar las faltas con barrera, como en aquella final de la Copa de Europa con el Bayern, que tan sólo por un despiste no acabó en las vitrinas del Vicente Calderón. De la noche a la mañana tuvo que adquirir los galones de mister, aunque en el campo ya ejercía de lider del equipo. Y así estuvo, entrenando a clubes de primera y segunda, hasta llegar a la selección y encauzar una trayectoria esquiva con el éxito. Siempre le recordaremos por la segunda Eurocopa que España ganó en 2008 y que vino a demostrar que los sabios acaban enseñando a los que saben escuchar. Aunque no sean duques ni amigos de los más. Hasta siempre, Luis, Don Luis.
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